29 de octubre, 2019.
Por Valeria Barillas

Es conocido que la violencia de pareja durante el embarazo afecta de forma negativa la salud del bebé. Según un estudio realizado en el hospital público Kwong Wah en Hong Kong, este fenómeno social puede que también tenga un impacto en la biología del feto, en específico en la longitud de los telómeros. El acortamiento de estas estructuras puede estar relacionado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, como diabetes tipo dos, cánceres y enfermedades cardiovasculares en la adultez.
Cada vez que la célula se multiplica, los telómeros se van reduciendo, hasta que la estructura ya no se puede restaurar. Foto: biometricamx.com

Los telómeros son estructuras que se encuentran en los extremos de los cromosomas y cuya finalidad es proteger a los genes. Las células se dañan y para repararse necesitan multiplicarse, por lo que los telómeros se van desgastando y acortando hasta llegar a ser tan reducidos, que la célula ya no puede restaurarse y comienza a fallar. Para tener una imagen más clara, los telómeros suelen compararse con los extremos de las agujetas de los zapatos, las cuales están revestidas por plástico para evitar que se deshilachen con facilidad.
Una serie de científicos se ha interesado en desarrollar el tema. Estudios previos han señalado que el crecimiento y desgaste de los telómeros ocurre en la etapa temprana de la vida, ya que en la adultez la longitud varia poco. Otro descubrimiento es la investigación de Enlow y su equipo, la cual ha sido la primera en reportar que la longitud de los telómeros puede estar asociada con el abuso infantil de la madre antes de los once años, debido a que esto pudo haber afectado el ambiente intrauterino.
El tercer avance importante en la materia ha sido descubrir que la erosión de la longitud puede ser resultado de abuso, violencia, problemas familiares y negligencia infantil. A pesar de toda la información existente, aún hay una ausencia sustancial de literatura relacionada con la extensión de los telómeros en los niños al nacer.
El reciente estudio publicado en la revista Nature es el primero en proporcionar evidencia de una asociación entre la violencia de pareja contra la mujer antes del parto y la longitud de los telómeros de los recién nacidos. Tras un seguimiento de 774 mujeres embarazadas que se encontraban en la 24ª semana de gestación, se presentó una relación entre la corta extensión de los telómeros en los bebés cuyas madres sufrieron violencia psicológica o sexual. Se evidencia una asociación significativa entre dos variables (la violencia de pareja y la longitud de los telómeros).
La agresión psicológica y sexual afecta tanto la salud de a madre, como la formación del bebé. Foto: dreamstime

En cambio, no se encontró una relación significativa entre el abuso físico y la reducción de los telómeros. Se cree que esto es debido a que la violencia psicológica y sexual pueden tener un efecto mayor sobre los trastornos emocionales que los golpes.
De acuerdo con la investigación una de cada cuatro mujeres que participó en el estudio informó estar expuesta a algún tipo de violencia de pareja, ya sea física, sexual o psicológica antes del parto. Siendo el maltrato emocional el más frecuente. Según la Organización Mundial de la Salud, el maltrato emocional es cualquier clase de insulto, denigración, amenazas de causar daño, humillación constante o intimidación.
Se solicitó a las voluntarias que respondieran un cuestionario para evaluar el abuso y reportar cualquier historial de exposición a violencia de pareja. Además, se establecieron sus características demográficas, su calidad de vida en relación con la salud y se evaluaron síntomas de su salud mental como estrés, depresión y ansiedad. Después del parto, se recolectaron muestras de sangre del cordón umbilical para evaluar la longitud del telómero del recién nacido.
El utilizar un cuestionario para recolectar la información puede estar sujeto a limitantes debido a que las participantes podrían tener un sesgo de recuerdo, lo que tendría como resultado una subestimación de la violencia. Otras limitaciones que tuvo el estudio fueron no registrar el sexo del bebé (debido a que este también influye en la longitud de los telómeros) y evaluar únicamente la sangre del cordón umbilical. Aunque esta fue una buena forma de corroborar las variables del estudio, se deberían incluir diferentes tipos de células para validar si la violencia de pareja influye en esta condición, para ello es necesario realizar nuevos estudios.
Los científicos del estudio plantean que el feto es muy sensible a las influencias del ambiente intrauterino. Además, exponen que al experimentar una situación de violencia los niveles de estrés aumentan. Por lo que la madre puede transmitir su angustia al feto al liberar las hormonas cortisol y corticotropina placentaria. Esas hormonas pueden provocar cambios en la fisiología placentaria y en los telómeros de los niños. Sin embargo, de acuerdo a los investigadores es necesario continuar con la investigación para verificar estas asociaciones.
La psicóloga, Liselott de Mollinedo, indicó que el maltrato psicológico tiene consecuencias negativas en la persona debido a que promueve la dependencia, baja la autoestima, disminuye la valía personal y provoca trastornos emocionales.
“Las personas víctimas de maltrato emocional usualmente desarrollan ansiedad o depresión, además, de experimentar muchos altibajos emocionales como producto de la tensión bajo la que se encuentran”, dice.
La experta también comenta que la violencia suele ser un ciclo que no termina, por lo que, si una mujer fue agredida durante el embarazo, lo más probable es que el modelo de maltrato continúe vigente después del parto. Esto provoca que el niño crezca en un ambiente que perjudique su desarrollo.
En Guatemala, la violencia psicológica está tipificada en la legislación del país como delito, desde 2008. A pesar de esto, muchos agentes policiales no investigan incidentes que no evidencian señales físicas de agresión.
De acuerdo al registro del Ministerio público, entre 2011 y 2017, se identificaron 14,016 mujeres en el Departamento de Guatemala que denunciaron sufrir violencia psicológica. Sin embargo, de estos casos, solo 154 obtuvieron justicia.
Los hallazgos de la investigación permiten advertir que la violencia de pareja afecta a la madre y al niño, incluso desde su desarrollo. Los doctores y profesionales de salud deben detectar las señales de violencia en las pacientes para salvaguardar el bienestar del niño. Además, es relevante brindar apoyo y servicios psicológicos a las madres expuestas a violencia intrafamiliar para reducir las secuelas del abuso.
REFERENCIAS
El estudio se puede encontrar:
Ko Ling Chan et al. (30 de septiembre de 2019) The association between intimate partner violence against women and newborn telomere length. Obtenido de Translational Psychiatry, Nature: https://www.nature.com/articles/s41398-019-0575-6
López, H. (7 de julio de 2018). Sin sangre no hay justicia: la violencia psicológica contra la mujer en Guatemala. Obtenido de Plaza Pública: https://www.plazapublica.com.gt/content/sin-sangre-no-hay-justicia-la-violencia-psicologica-contra-la-mujer-en-guatemala
InfoSalus. (19 de octubre de 2019). Conoce si los niveles de cortisol son tóxicos para tu salud. Obtenido de InfoSalus: https://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-conoce-si-niveles-cortisol-hormona-activa-estres-son-toxicos-salud-20190318084437.html
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